Vivimos en una época donde las noticias de recortes han
dejado de sorprendernos (si es que alguna vez lo hicieron de verdad). Época
donde los recortes presupuestarios se han ido sucediendo y superando año tras
año en todas las materias y administraciones posibles.
Sin duda alguna estos recortes también afectan al sector
viario, a nivel estatal, provincial y municipal. Las administraciones optan por
recortar en partidas que, a priori, no parecen muy necesarias o que “no venden”
de cara al público.
Llegamos así a la situación actual en nuestro país, donde
nos vanagloriamos de tener la red de alta capacidad viaria más larga de Europa,
situación que llega hasta el punto de
haber “perdido” hasta el 60% de la inversión en un periodo de 7 años.
Pero no es solo cuestión de “administraciones”, lamentablemente son muchas las voces que aceptan y defienden esta bajada de inversión pública en infraestructuras con frases tan demoledoras como “en España ya tenemos muchas carreteras” o “más camas en los hospitales y menos autopistas”
Siempre hay que
respetar la opinión de los demás sectores y grupos pero creo que en un país donde
el 90% del transporte interior se realiza por carretera deberíamos preocuparnos
por conservar y mantener nuestras infraestructuras en el mejor estado posible,
porque los autobuses que llevan a los alumnos de un pueblo a otro diariamente o
las ambulancias de los servicios de urgencias o el turismo propio de una
comarca, todo ello y a la vez, se relacionan de la misma manera, mediante la
carretera.
¿Más dinero en carreteras? Sí, por favor
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