Puede parecer que a
primera vista sea una locura y que lo que hoy se plantea como “alternativa”
dentro de pocos años sea una auténtica realidad. Estamos hablando de ELIMINAR
el tráfico de los centros de las grandes ciudades. Evidentemente hacemos
referencia al tráfico de vehículos privados, y no, no solo aquellos que emitan
muchos gases contaminantes, sino todo aquel vehículo que tenga como fin el
transporte de manera particular o privada.
¿Qué cómo se consigue
esto? Evidentemente no se trata de poner un cartel de “prohibido circular” y ya
está. Estos planes han de llevarse a cabo desde la más absoluta responsabilidad
y lo que es más importante aún, deben ser desarrollados por personal altamente
competente en materias de movilidad y urbanismo y no dejarse llevar por meras
decisiones políticas y “corazonadas”.
Los planes para sacar el
tráfico de las ciudades han de regirse por 4 aspectos fundamentales:
-Amplia oferta y alta eficiencia del
transporte público:
Este
punto es un apartado prioritario, la movilidad de las personas ha de estar
garantizada y si pedimos que abandonen sus vehículos hemos de ofreceré un
sistema de transporte de total garantía que pueda cumplir al 100% sus
necesidades.
-Colaboración total de las partes
implicadas:
No
se puede pretender implantar un método único que funcione de manera general en
todas las ciudades. Es por ello que, a parte de la necesidad de analizar las situaciones
específicas y características propias de cada núcleo urbano, ha de buscarte
siempre una colaboración entre las partes (Entidades públicas-Empresas de
transporte-Ciudadanos)
-Áreas públicas destinadas a los coches
particulares:
Es
evidente que si una persona ha de dejar de utilizar su coche en una determinada
zona de la ciudad este habrá de ser “dejado” en algún sitio. Es por ello que
las entidades u organismos públicos han de favorecer y proporcionar estos
lugares. Si una persona ha de dejar el coche en un lugar de pago a lo que se le
añade el coste del transporte púbico siempre pensará que “no le sale rentable”
tal situación.
-Concienciación ciudadana:
Quizá
uno de los puntos más difíciles sea este último. No se puede tomar el camino de
la imposición en estos términos de los que hablamos. Hemos de intentar
favorecer y buscar que las personas más reacias a estas situaciones tomen
conciencia sobre los puntos beneficiosos de ellas. Esto se consigue mediante el
ejemplo.
Es evidente que estos
puntos tan solo muestran un aspecto generalista, pero si es verdad que hay que
partir de algún criterio concreto y que, antes o después, esto acabará siendo
una realidad. Es mejor que vayamos pensando en cómo hemos de desarrollarla y
ponerla en marcha antes de que, como casi siempre, nos acabe pillando el toro.